lunes, julio 09, 2012

Yo conmigo - cap. 335


7 comentarios:

Pablo Javier Frizan dijo...

Copn las biromes hago el mismo truco de magia que el guasón pero con menos sangre. las dejo en el escritorio de la oficina y magicamente desaparecen al instante

Renderman dijo...

mmmm en la oficina todo es un mundo estrañooo.. donde nada es comun..

Anónimo dijo...

Es un efecto de los años Fabian, con 46 reconozco que cambie muchisimas cosas y me converti en un intolerante con cosas que hace años no me hacian ni cosquillas, lo importante es saber reconocerlo y cuestionarselo uno mismo
PD: La pendejada esta cada vez mas wachiturra !
Un abrazo
hugoflavio1966@hotmail.com

Claudia Gabriela dijo...

suele pasar... que cada quien tiene su mundo, en el que solo el tiene la razon.

Pero por si las dudas, no suelo prestar nada, y de ser asi, hago como en la primaria, a todo se le pone el nombre o sello distintivo...y estoy muele y muele hasta que lo devuelven o se acaba la "amistad"... usualmente pasa lo segundo.

Diego Fernando Rock dijo...

cada cual con su postura y en su imaginario. En tu caso papel y dibujo.

noelia dijo...

Yo soy hija única. No sirvo para prestar cosas. Ni en la oficina ni en otros ámbitos. No me las devuelven y me indigno.

Fabian Zalazar dijo...

PABLO: Hay que untarlas con mierda.

RENDERMAN: Y eso que esto no era una oficina.

HUGO: A mi me pasa esto desde mi mas tierna adolescencia.

CLAUDIA: Hay que atarlas con cadena, a las cosas, no a la gente.

DIEGO: Es lo que hay.

NOELIA: Usted se me parece tanto que me da miedo.


VOLVERÉ A VOLVER...