lunes, enero 10, 2011

Yo conmigo - cap. 257


12 comentarios:

Claudia Gabriela dijo...

quiero aclarar que esa señorita hizo mal en negarse, cualquier otra gorda hubiera aceptado gustosa pensando que tal vez, por fin, uno de sus encnatos causo un efecto positivo o simplemente que aun existen caballeros... Pero si usted en algun momento llego a insinuar lo del embarazo, le salio barato, yo le hubiero hecho usted hasta lo inimaginable, pera despues tirrarme a llorar hasta quedarme sin ojos... Y mira que una no usa ropa de embarazada (me niego hasta la muerte) usa una ropa normal, lo que pasa es que el cuerpecito no ayuda... Y si una no puede parar de comer, no me venga usted a decir que tiene el abodomen de lavadero eh! >=/

Por otro lado, que mala onda, lo malo no es la dictadura, sino dar la ilusion de democracia... Y de eso se padece en todos lados... pero se necesita ser malo para hacer sufrir a esas damitas... o un pervertido que esta esperando que se enciendan "las luces altas"... =p

Pablo Javier Frizan dijo...

Jaja. Me recuerda a mi profe de inglés de la facul que supimos que estaba embarazada cuando se pidio la licencia porque tenia en dos smeanas fecha de parto... y cuando volvio, estaba igual...

noelia dijo...

Determinar si una mujer esta embarazada o es gorda y si una señora es lo suficientemente vieja como para cederle el asiento son dos de las situaciones más tensionantes al viajar en colectivo.

David dijo...

ud debiò preguntar...
"querés sentarte"

democracia? qué es eso?

Romina dijo...

A mi me pasó lo primero... no creo estar tan gorda, pero cada cosa que como se me acumula en la panza... Me acordé de todos la familia de esta perra que me trato de gorda en mi cara, y no lo disimulé para nada.
Sí, tengo pésimo carácter.
El segundo me pasó en mi oficina, pero nunca nos poníamos de acuerdo con la temperatura del aire... lo que más bronca me daba es que cuando no andaba y todos nos moríamos de calor, había una vieja desgraciada que se encanutaba un ventilador para ponerlo debajo de SU escritorio. Creo que eran los bochornos de la tercera edad.

Claudia Gabriela dijo...

¡¡¡Exijo una foto del abdomen del señor Z!!!

no se vale que las mujeres tengan que "parar de comer" mientras que los hombres no, sobretodo cuando han admitido comer como enagenados, todavia se ponen de exigentes. Hay que exigirles lo mismo, de ahora en adelante no aceptaremos ni un gordito más... perdon, me emocione

Claudia Gabriela dijo...

Por cierto eso de estar embarazada es lo mas ofensivo que hay... pienselo señor Z...

Lubrio dijo...

Jajajajaja...

Fabian Zalazar dijo...

CLAUDIA: Yo solo le ofrecí el asiento a esa maleducada, pero después de mi se lo ofrecieron otras dos personas, obteniendo la misma respuesta.
Esas damitas son unas mariconas insufribles.

PABLO: Pobre pibe lo que habrá sufrido ahí adentro.

NOELIA: Viajar en colectivo se está transformando, de por si, en una situación tensionante.

DAVID: Mi abuela me decía, "querés se le dice a los enfermos".

ROMINA: MAl hecho, porque si uno no ofrece el asiento (aunque sea una falsa embarazada), salta la raza de viejas conventilleras a acusarnos de porquerías maleducados.
Trabajar en una oficina, y junto con más de 3 personas, es lo más insufrible que me tocó vivir en mis años de empleado administrativo.

CLAUDIA: Ofensivo o no ofensivo, para que le cedan el asiento a un hombre tiene que estar hecho pedazos, tener 90 años, ser manco, rengo y ciego. A una mujer le basta con ser mujer, incluso para subir primero. No me venga a hablar de injusticias.

LUBRIO: Jejeje



VOLVERÉ A VOLVER

Claudia Gabriela dijo...

ah, asi la cosa cambia, es simplemente que la gordis tenia hemorroides... o derrepente venia de una sesion de sexo salvaje, de otra forma no me explico....

como sea, no se esponje, lo de la foto lo decia con la esperanza de que nos mostrara algo mas de piel.

Romina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Romina dijo...

Ayer me pasó lo contrario de la primer situación: Una mujer bastante gorda se ofendió porque no le dí el asiento. Resulta no sólo estaba MUY gorda, sino que también estaba embarazada. Juro que no había manera de distinguir los kilos de más de la pancita de bebé.